En nuestra sociedad estamos acostumbrados a ver solo lo negativo, lo que no tenemos, las personas que nos hicieron daño y a creer que cuando Dios nos dice que “no” es porque no nos ama o no nos escuchó. Todo esto es una estrategia del enemigo para que perdamos la fe y quitemos nuestra mirada del Señor Jesús.
Durante el tiempo de pandemia donde la incertidumbre y el temor reinaban en el ambiente, como familia decidimos diariamente dar gracias por alguna bendición recibida, lo hacíamos tres veces al día después de cada comida y la condición era que no se podía repetir lo que alguien había dicho en alguna de las comidas.
Así pasaron los días y encontrar alguna cosa o persona por la cual agradecer a Dios traía alegría y una renovada fe a nuestra vida . Una definición para la palabra gratitud es sentimiento de aprecio y agradecimiento por las bendiciones o los beneficios que hemos recibido. Al cultivar una actitud de agradecimiento, seremos más felices y más fuertes espiritualmente.
Tiempo después no sólo dábamos gracias por las bendiciones recibidas o por las personas que nos bendecían, sino que comenzamos a dar gracias por las situaciones y personas difíciles. Agradecíamos por el dolor, por las situaciones que no salieron como esperábamos, por los “no” de Dios, por las personas que con sus actitudes o palabras nos herían y a la vez nos hacían crecer.
La gratitud se convirtió en nuestro estilo de vida, porque la gratitud nos enfoca en Dios, en lo que Él hace. La gratitud nos recuerda que Él está en control de nuestra vida y que es confiable. La gratitud también abre la puerta para ver a Dios obrar en nosotros y a través de nosotros.
En el versículo que está al principio el apóstol Pablo nos anima a dar gracias en toda situación, no menciona si la situación es de alegría o tristeza. Dar gracias es la voluntad de Dios para con nosotros. No en todas las ocasiones será fácil, habrá días donde encontrar algo por lo cual agradecer será más difícil, pero valdrá la pena al ver que a través de la gratitud estamos obedeciendo a Dios e intencionalmente nos enfocamos en Su actuar en nuestra vida.
¿Queremos ver milagros? ¡Comencemos a agradecer a Dios en toda situación!
Durante esta semana
Todas las noches antes de acostarse a dormir, tomen tiempo como familia para que cada uno agradezca por algo que sucedió en el día, por una bendición recibida o por una persona que los bendijo.
Oremos: Padre Celestial, hoy reconozco que no he sido una persona agradecida. Tú nos pides que demos gracias en toda situación, ayúdame a desarrollar la gratitud como un estilo de vida para que a través de esto te obedezca y pueda ver tu obrar en mí y en mi familia. En el nombre de Jesús, amén.
Rodrigo y María Helena Yepes
Spiritual Care Coordinator