¡La esperanza es lo último que se pierde! Es una frase que escuchamos cuando la situación que estamos enfrentando se torna difícil o imposible; es una oración que resalta la importancia de mantener la mente enfocada en la bondad de Dios y un futuro para su gloria, incluso cuando las circunstancias son adversas o imposibles.

Los pensamientos juegan a favor o en contra  de nuestras vidas, afectan nuestro cuerpo, estado de ánimo y decisiones. La esperanza proviene de renovar nuestra mente con la verdad de la Palabra de Dios, recordando siempre nuestro destino eterno en medio de las dificultades.

Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios,

habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor,

y con la esperanza de salvación como yelmo. 

1 Tesalonicenses 5:8

El Espíritu Santo usará los pasajes de la Escritura que hayamos memorizado para conformar el casco o yelmo de salvación y nos llenará de esperanza manteniendo nuestro cuerpo, alma y espíritu sano y salvo. Repetir estos pasajes traerá esperanza y activará la fe, el amor y la esperanza que son fruto del Espíritu Santo.

La esperanza no es lo último que se pierde, Dios quiere que abundemos en esperanza por el poder del Espíritu Santo, quiere que estemos con alegría y paz aún en medio de la prueba porque a través de la fe, esperanza y el amor de Dios obtendremos la victoria y nos gozaremos en el camino mientras llegamos a ella.

Padre Celestial:

Mi corazón se alegra al recordar que tu eres el Dios de la esperanza, te pido que a medida que renuevo mi mente en tu Palabra, yo sea lleno de alegría y paz y pueda ver con esperanza el futuro que tienes para mí y para mi familia. En el nombre de Jesús, amén.

Rodrigo & María Helena Yepes

Spiritual Care Coordinator

 
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