Los teólogos consideran que uno de los primeros salmos que el rey David escribió al comienzo de su reinado fue el salmo 101. Este salmo es una declaración del rey David en relación a diferentes aspectos de su vida, él quería ejercer un reinado integro, un reinado que fuera agradable a Dios. El rey David quería y tenía la firme intención de ser el rey que Dios quería que él fuera. Él quería ejercer un reinado con responsabilidad delante de Dios. Hoy nos vemos enfrentados a un comienzo de año académico lleno de retos, estamos viviendo situaciones que no nos esperábamos y para las cuales no nos habíamos preparado. Así como el rey David, estamos comenzando una nueva etapa en nuestras vidas y así como él, queremos hacerlo de una manera que sea agradable a Dios, queremos hacerlo con responsabilidad.
El rey David comienza el salmo 101 diciendo que quiere “cantar al amor y a la justicia”, agrega que quiere cantarle salmos al Señor. Vemos aquí una expresión clara de que David necesitaba al Señor, necesitaba Su amor y su justicia para poder ejercer un reinado con responsabilidad. Es más, en el versículo 2 deja claro que él quiere triunfar pero que no lo puede lograr por sí solo. El rey David, así como nosotros, necesitaba a Dios para poder “dirigir” su casa con integridad: “Quiero triunfar en el camino de perfección: ¿cuándo me visitarás? Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón”.
En una memorable declaración de responsabilidad, a partir del versículo 3, el rey David se traza una serie de normas para su naciente reinado: “No me pondré como meta nada en que haya perversidad. Las acciones de gente desleal las aborrezco; no tendrán nada que ver conmigo”. Al mismo tiempo nos deja lo que podrían ser instrucciones para nosotros mismos, es imposible ser responsable si miro cosas que no son buenas para mí o si participo en las cosas que hace la gente del mundo. Debemos rechazar lo malo, rechazar la calumnia y ser humildes de corazón, tal como lo vemos en los versículos 4 y 5: “Alejaré de mí toda intención perversa; no tendrá cabida en mí la maldad. Al que en secreto calumnie a su prójimo, lo haré callar para siempre; al de ojos altivos y corazón soberbio no lo soportaré”.
Si leemos los versículos 6, 7 y 8 con detenimiento, encontraremos algunas decisiones generales que se deben tomar cuando quiere ser responsable ante el Señor: “Pondré mis ojos en los fieles de la tierra, para que habiten conmigo; solo estarán a mi servicio los de conducta intachable. Jamás habitará bajo mi techo nadie que practique el engaño; jamás prevalecerá en mi presencia nadie que hable con falsedad. Cada mañana reduciré al silencio a todos los impíos que hay en la tierra; extirparé de la ciudad del Señor a todos los malhechores”.
En el Nuevo Testamento encontramos que un día tendremos que dar cuentas de nosotros ante Dios y por eso debemos tener cuidado de aplicar lo aprendido en el Salmo 101 en nuestras propias vidas. El salmo 101 es una declaración de responsabilidad que nos sirve para validar que estamos viviendo la vida que Dios quiere que vivamos. No debe ser una herramienta para juzgar a otros sino para aplicarla a nosotros mismos. No debemos estar juzgando o menospreciando a los demás porque “todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios” (Romanos 14:10). Así las cosas, es importante que sepamos que el principal motivo para ser responsables no tiene nada que ver que otras personas. Si bien debemos ser responsables con nosotros mismos, en nuestra sociedad y con el planeta en general. Nuestra principal motivación para ser responsables es que “cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios” (Romanos 14:12).
Muy esudificante la palabra par estos tiempos, cada día reconociendo que es una responsabilidad que tenemos en cada área de nuestras vidas y que daremos cuentas al Señor.
Así es mi estimada Amparo, es un asunto de cada día. Un abrazo a tu familia. Extrañamos a JuanPa y a Samuel.