Antes de comenzar a escribir, siempre es necesario buscar la orientación de Dios. Esta práctica hace parte de mi preparación siempre que quiero compartir un mensaje bíblico. En ocasiones sucede que yo quiero escribir sobre un tema o pasaje particular, pero Dios me lleva a un tema completamente diferente. Este escrito es un ejemplo perfecto de esas ocasiones, comencé a escribir sobre un tema diferente y Dios trajo a mi mente Su santidad y mi primera reacción fue salir corriendo, ¿La santidad de Dios? ¿Cómo voy a poder decir algo sobre un tema que es imposible de describir desde la perspectiva humana?

Este escrito no pretende describir la santidad de Dios, no estoy seguro que alguien lo pueda hacer. Pretende que seamos conscientes de la santidad de Dios y que entendamos que la santidad es el atributo que solamente tiene el Dios del cristianismo, nuestro Dios. Por lo tanto, preste atención y al terminar esta lectura pregúntele a Dios qué aplicación tiene este tema en su vida personal que le permita acercarse y agradar un poco más a Dios.

La santidad de Dios es mencionada en la biblia en diferentes partes, pero llama la atención que tanto en el antiguo como en el nuevo testamento se menciona haciéndole gran énfasis. La santidad de Dios es el único atributo de Dios que se cita 3 veces seguidas en más de una ocasión:

Isaías 6:3 «¡Santo, santo, santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!»

Apocalipsis 4:8 «Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que siempre fue, que es, y que aún está por venir»

Esta triple citación de la santidad de Dios no solo muestra que Dios es Santísimo, sino que también nos habla de la trinidad, es como si la palabra de Dios quisiera gritar que Dios es santo y que esto es cierto para Dios como Padre, Hijo y Espíritu. Una trinidad que Dios ha querido mostrarnos desde el principio de los tiempos con todo lo que ha creado para nosotros. La trinidad se muestra también en la creación puesto que Dios creo todo lo que existe y conocemos con una perspectiva de tiempo, ocupando un espacio y compuesto de materia. Los cuales a su vez también cada uno manifiesta la trinidad: el tiempo puede ser pasado, presente o futuro; el espacio puede ser alto, largo y profundo; y la materia puede ser liquida, solida o gaseosa.

Podría parecer una coincidencia, pero en Dios las coincidencias no existen y yo estoy seguro que cada cosa que Él creó lo hizo con un propósito específico. Si los ángeles lo alaban y declaran Su santidad, si todo lo que existe en la creación muestra la trinidad, ¿qué debería hacer yo para alabar a Dios por su santidad siendo Padre, Hijo y Espíritu?

Reflexiona respecto a esta pregunta, ¿Estás dándole a Dios la alabanza que deberías darle cada día y en cada cosa? ¿Estás reconociendo su santidad y por lo tanto confiando totalmente en su perfecta voluntad para ti? ¿Estás honrando a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo?

Hoy es un buen día para comenzar, este texto no llegó a ti por coincidencia. Hoy es el día de tomar una decisión y retomar el camino que te lleva a estar más cerca de Dios. Él no es santo, santo, santo y creó todo lo que ha hecho para ti para que tú le des la espalda. Lo ha hecho para que cada día seas más consciente de su amor por ti y para que tu decidas entregarle tu corazón.

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