El Rey Josías

El segundo libro de Crónicas fue escrito con el objetivo de unificar a la nación en cuanto a la verdadera adoración a Dios. Se buscaba que los judíos que regresaron del cautiverio en Babilonia fueran participes de un avivamiento de la fe. El capítulo 34 narra la historia del sacerdote Hilcías cuando encuentra el libro de la ley y se lo entrega al secretario de la corte quien, a su vez, se lo entrega al rey Josías.

2 Crónicas 34:31

El rey tomó su lugar de autoridad junto a la columna y renovó el pacto en presencia del Señor. Se comprometió a obedecer al Señor cumpliendo sus mandatos, leyes y decretos con todo el corazón y con toda el alma.

Luego de varios sucesos, el rey Josías lee “el libro de la ley del Señor que escribió Moisés” y decide hacer una reforma religiosa. Lo primero que hace, de manera personal y delante de “toda la gente, desde el menos importante hasta el más importante” (2 Crónicas 34:30), es comprometerse a obedecer al Señor.

Esta historia nos deja multitud de enseñanzas, que vendría bien revisar detalladamente en familia. El pueblo que había regresado del cautiverio necesitaba un avivamiento, así como nosotros, que hemos sido libres porque Jesucristo pagó nuestra libertad con su sangre, también lo necesitamos ahora.

Como creyentes hemos perdido nuestra cercanía con la Palabra de Dios. En ocasiones no sabemos dónde está nuestra biblia, por lo tanto no leemos, comenzamos a perder el norte y a desobedecer los mandamientos del Señor.

¡Es hora de encontrar “el rollo de la ley” y deleitarnos en él! Es tiempo de meditar en la Palabra de Dios de día y de noche (Salmo 1:2). Hagámoslo en familia, enseñemos a nuestros hijos con el ejemplo. Entre más conozcamos la Palabra de Dios, más fácil será obedecerla y como el rey Josías comprometernos a obedecer al Señor cumpliendo sus mandatos, leyes y decretos con todo el corazón y con toda el alma. Obedeciendo con alegría y disposición, sabiendo que la obediencia nos acerca más al Padre.

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