Vivimos y planeamos nuestra vida, pensamos que tenemos controlado nuestro destino o por lo menos nos esforzamos en hacerlo; planeamos cada día, semana e incluso años por venir. Sin embargo, la Palabra de Dios nos enseña que no somos los dueños de nuestro futuro, que por más que planeemos y tratemos de controlar todo a nuestro alrededor para “estar bien” nosotros y los que amamos, el futuro está en Sus manos y Él tiene cuidado de nosotros. La incertidumbre y el temor agobian nuestras decisiones e influyen en nuestro diario vivir porque no sabemos con certeza hacia donde ellas nos guiarán.   

Jesús fue enviado por el Padre para guiarnos y ayudarnos a regresar a la voluntad de Dios. El amor de Dios se manifiesta de forma clara por medio de su sacrificio en la cruz. Él pagó con Su sangre el precio de nuestro alejamiento de Dios, de nuestras malas y equivocadas decisiones, así como nuestro deseo de tener todo bajo control para obtener “paz y bienestar” a nuestro modo.

¿Qué podemos hacer para entrar en la paz de Dios y la confianza que Él nos está guiando en cada decisión que tomamos, aunque sintamos que estamos perdiendo el control? Pedir a Dios en humildad que nos corrija, que enderece nuestras decisiones con Su amor. Al venir a Él en oración y arrepentirnos de vivir de forma independiente al no tomarlo en cuenta en nuestra cotidianidad, descansaremos y en Su paz podemos estar quietos para oír Su voz sabremos cuál camino tomar para ver Su propósito realizado a través de nuestra vida. Porque para ser guiados por Dios y salir de toda confusión necesitamos cambiar de dirección y tomar tiempo para enfocarnos en Cristo, oír su voz y seguirlo.

¿Qué situaciones estás enfrentando en las cuales Dios te está diciendo: suelta el control y pregúntame para qué te pueda guiar?

Oremos: Señor Jesús,  reconozco que vivo guiado por mis propias decisiones tratando de controlar mi destino en lugar de buscarte para recibir tu guía y ayuda. Me arrepiento y regreso a ti para aprender tu Palabra y ser guiado al destino que tú tienes para mí. Por favor perdóname por ser independiente y pecar haciendo cosas que te desagradan. Desde hoy me voy a acercar a ti, más para conocerte profundamente y ser guiado por ti que para que hagas lo que yo quiero. En el nombre de Jesús, amén.

Rodrigo y María Helena Yepes

Spiritual Care Coordinator

0

Leave a Reply

Your email address will not be published.