En los tiempos de crisis, ya sea relacional, laboral, salud, financiera o cualquier otra, el primer campo de batalla del enemigo es nuestra mente y la ataca con pensamientos de mal y no de bien. ¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando sucede algo que no esperabas, cuando aparece una crisis que no anticipaste?

Los israelitas habían pecado durante años yendo tras los ídolos y desobedeciendo la guía de Dios; por esta razón fueron disciplinados por Él. Al estar viviendo en medio de las consecuencias de su pecado, ellos pensaron que iban a morir. Sin embargo, El Señor les recuerda que Su amor y los planes para su vida permanecen firmes aunque se hayan alejado en desobediencia. Si bien su situación era mala, Dios les afirma: Voy a hacerles el bien.

Así como los israelitas, usualmente en medio de las situaciones difíciles y que parecen sin esperanza, nuestra mente tiende a enfocarse en los pensamientos fatalistas y de derrota, especialmente si sentimos culpa o condenación por las decisiones que tomamos sin consultar a Dios.

El Señor en cambio, piensa el bien y en darnos un buen desenlace y final aún cuando hemos fracasado. Ese final puede no ser como lo habíamos imaginado, pero si podemos confiar en Su amor y gracia será un final de bienestar y esperanza.

Durante estas semanas evaluemos nuestros pensamientos y renovemos nuestra mente. Al leer la Biblia diariamente y llenarnos de la verdad de Dios, permitamos que el Espíritu Santo cambie esos pensamientos de fatalidad, derrota y fracaso en pensamientos de paz, verdad, esperanza y fe. Fe en nuestro Padre Celestial que tiene cuidado de nosotros y si le preguntamos guiará nuestra pasos para un futuro lleno de esperanza.

Oremos:

Padre Celestial, hoy me acerco a ti reconociendo que el enemigo ha llenado mi mente con pensamientos de mal y los he creído. Hoy en el nombre de Jesús, me levanto con determinación para fortalecerme con fe en tu amor y en tus planes de bien para mi vida. Tomo tu gracia y me arrepiento del negativismo, renovando mi manera de pensar. Confío en tu promesa fiel y sigo tus pasos en obediencia para desarrollar los planes que tiene para mí, en el nombre de Jesús, amén.

Rodrigo y María Helena Yepes

Spiritual Care Coordinator

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